Igual que un colchón, una buena almohada es la primera garantía de un descanso reparador. Si te despiertas con dolor de cuello u hombros, quizá sea el momento de cambiar tu almohada. ¿Sabes cómo escoger la que te va mejor? Podemos ayudarte a encontrar la almohada perfecta para ti.
¿Es bueno dormir sin almohada?
No, no es recomendable, la almohada tiene la función de sostener la cabeza mientras dormimos, de forma que quede alineada con la columna. Dormir sin almohada hace que tendamos a dormir boca abajo, que no es una postura recomendada porque genera tensiones en la zona cervical al girar el cuello y dificultad para respirar.
Para lograr un buen descanso es preciso que cabeza, cuello y columna vertebral estén alineados: para eso sirve la almohada. Su objetivo es contribuir a una adecuada postura de la columna, de forma que se relajen los músculos y se pueda favorecer un buen descanso y una buena respiración. No hace falta decir más para comprender la importancia de escoger bien la almohada, pero la almohada perfecta no existe, para escogerla hay que tener en cuenta los hábitos de sueño y la complexión física de cada uno (en especial altura y corpulencia).
Almohadas: distintos tipos
Hay varios tipos especiales de almohadas (cervical, para el embarazo, para piernas) que pueden ayudarnos a conciliar el sueño en condiciones particulares.
En el caso de sufrir molestias en el cuello, la almohada cervical deja un hueco en la zona de la cabeza para adaptarse al contorno del cuello y aliviar las posibles molestias.
Igual ocurre durante el embarazo para dar soporte al colocarnos de lado o también para evitar las molestias de mantener la postura de dormir boca arriba durante mucho tiempo; una pequeña almohada o cojín debajo de las rodillas servirá para elevar un poco las piernas y permitir que la espalda se relaje. Si duermes de lado, puedes colocar una almohada para que descanse la pierna del lado de arriba y ayudar a estabilizar la postura.
Como cuidar y conservar tu almohada
Ya elegida, es importante que cuides bien de tu almohada, alargarás su vida útil, que puede extenderse hasta unos 5 años.
- Airea la almohada habitualmente: abre las ventanas antes de hacer la cama, y ventílala bien, al aire, una vez a la semana.
- Dale la vuelta a menudo: así evitarás que se deforme.
- Compra una almohada lavable: basta con lavarla una o dos veces al año.
- Usa una funda de protección y lávala cada dos meses (la funda de almohada, lógicamente, cada vez que cambies las sábanas).